Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

miércoles, 1 de febrero de 2017

Prólogo de Manuel Molina a la Antología de la Poesía alicantina (1940-1972)




PROPOSITO.— Esta Antología no tiene más pretensión que ser una muestra de la poesía alicantina publicada —escrita entre los años 1940 a 1972—. Un tiempo, donde la extensión cultural de España, por su propia naturaleza, se ha parcelado en regionalismos, provincianismos, comarquismos, e incluso en agrupaciones de ámbito local.

Son innumerables las revistas poéticas, las colecciones de noesía aparecidas en los diversos lugares de la nación, durante estos últimos treinta y dos años. Nuestra capital fue una de las primeras ciudades españolas en dar fe de vida lírica, y desde entonces —1940—, en toda clase de publicaciones de la provincia, no ha faltado el verso, la composición o el leve cuadernillo poético, poniendo de relieve la fidelidad de un pueblo al cántico, a la tradición lírica de nuestros mayores.

Entre las diversas formas de enfocar un trabajo de esta naturaleza, y después de varios intentos, he optado por la selección representativa, la que puede dar una idea cabal de la tendencia predominante en la expresión artística, y por ello, los autores elegidos son, a su vez, los que han tenido mayor eco" en la difusa conciencia popular de nuestra patria chica.

VALORES.— Como podrá observar el lector, he realizado una selección de poemas, no de autores ni escritores distinguidos por su labor en la gran plaza de la cultura nacional. No pongo ante el nombre de un poeta sus títulos, sus premios, sus puestos en el escalafón académico. No pretendo —nunca— ni en ningún caso, sugestionar al lector de antemano. Ante la lectura de cualquiera de las selecciones de versos que se reproducen aquí, el lector —el que leyere— estará completamente libre para opinar. La suma de estas calificaciones dará la medida de mi error o de mi acierto en la elección.

POESIA DEL PAIS.— Incluir la poesía vernácula en esta muestra hubiese sido traicionar la verdad histórica, pues esclaro que el lenguaje valenciano es -desde hace muchísimo tiempo— un habla familiar, sin contacto con la cultura alicantina.

Otra cosa es -y esta efectiva y elocuente— la compenetración de nuestros artistas y el aire de nuestra tierra, esta tierra nuestra que respira mar de este a oeste y de norte a sur.

Esta tierra que respira la paz, la placidez, la belleza natural. El artista, el poeta alicantino, no es -no puede ser-un soñador. El mundo físico que vibra ante sus ojos es superior a la fantasía de cualquier atrevido imaginativo; de ahí el realismo, el naturalismo de buena ley de nuestros grandes creadores.

El tema predominante es el paisaje, y en la superficie el hombre, el amor, la muerte, pero siempre con el gozo de vivir -de existir- en la tierra madre, en la tierra materia fina, clara de aire, leve de agua y onda de mar y de mujer; es, pues, la estética de los sentidos, de las sensaciones elevadas por la gracia a un estado espiritual.

AUSENTES.- Los que faltan en esta nómina no es por desconocimiento u olvido, sino sencillamente porque no reúnen las condiciones que apunto en el apartado anterior, y esto -a mi parecer- es fundamental en una obra como ésta que pretende mostrar las características de la poesía alicantina, no por precisar el lugar de nacimiento del poeta, puesto que hay varios que no nacieron aquí, sino porque no se ajustan al ritmo peculiar de nuestra canción.

Entre los ausentes figuran poetas de tan elevada posición en las letras españolas como Juan Gil-Albert, nacido en Alcoy, en el año 1906; Alejandro Gaos, nacido en Orihuela en el año 1907, y Pascual Pía y Beltrán, nacido en Ibi en el año 1908. Estos, amigos y lectores, por no mencionar a otros que están en la memoria de todos.

RESUMEN.- De todo lo cual se deduce que esta obra, pese al trabajo que me costó componerla, no es perfecta ni de gran provecho para el estudioso, puesto que el método empleado para su montaje es rigurosamente personal, y, por lo tanto falto de fórmulas estructuralistas y de otros análisis propios de nuestra época.


[Manuel Molna
Alicante, 1972]


 (Dedicatoria manustrita de Manuel Molina a Carlos Fenoll, fallecido en Barcelona el 31 de diciembre de 1972.)

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