Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Ahora libro e:book en CALAMÉO. "Hermenéutica de hombres a la deriva" de Manuel Molina


También se vende en libro impreso en Amazon por 7 €

Quizás este poemario del poeta oriolano Manuel Molina sea el más importante de él, por haberse escrito bajo la censura de posguerra.

Herméutica glosada e ilustrada por el estudios Ramón Fernández Palmeral




Leer artículo en el prestigioso diario MUNDIARIO

https://www.mundiario.com/articulo/cultura/centenario-nacimiento-poeta-manuel-molina/20171019094727103314.html


TEXTO

Centenario del nacimiento del poeta Manuel Molina

Este año se conmemora el centenario del nacimiento del poeta Manuel Molina, autor alicantino figura clave para entender la literatura de postguerra. Fue amigo del universal poeta Miguel Hernández, del que fue paisano, pues ambos nacieron en Orihuela (Alicante).
Manuel Molina.
Manuel Molina.
El día 28 de octubre del presente año se cumple el centenario del nacimiento del poeta Manuel Molina Rodríguez nacido en calle Trinidad de Orihuela (Alicante), falleció el 29 de diciembre de 1990. Cursó estudios primarios y comenzó el Bachillerato en el Instituto de Orihuela, con el profesor Jesús Alda Tesán quien era colaborador de la revista “El Gallo Crisis”.  En su  juventud  conoció a los poetas Carlos Fenoll, Miguel Hernández, a los hermanos Ramón y Gabriel Sijé. Participó reuniones literarias que éstos celebraban en la tahona de la calle Arriba. En 1934 estuvo con Miguel Hernández en el paraje de Matanzas, en la cueva donde éste escribiera su auto sacramental “Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras”, que ese verano publicaría José Bergamín en su revista Cruz y Raya de Madrid. Existen dos cartas manuscritas por Hernández, desde el Reformatorio de Adultos de Alicante, dirigidas a Josefina Manresa donde cita a Manuel Molina.
En 1935 se trasladó Molina con su familia a Alicante y un año más tarde presidirá las Juventudes de Izquierda Republicana de esa ciudad. Tras la rebelión militar de 1936 sirvió como carabinero a la defensa de Madrid. En la Alianza de Intelectuales Antifascistas de Madrid Conoció a Rafael Alberti, María Teresa León, Emilio Prados y a Antonio Aparicio. En 1937 visitó a Vicente Aleixandre en su casa de Velintonia de Madrid junto a los milicianos Carlos Fenoll y Jesús Poveda.
Terminada la guerra, y tras pasar por el campo de concentración de la Plaza de Toros de Valencia, regresó a Alicante, tuvo que hacer el servicio militar forzoso con los nacionales en Burgo. Regresó de nuevo a Alicante, y se casó con Maruja Varó Busquiel el 6 de diciembre de 1943, con la que tuvo dos hijas: Marilé y Clemencia. En Alicante, ejerció como capataz de obras, y posteriormente fue secretario de la Biblioteca Gabriel Miró de dicha ciudad, bajo el patrocinio de la Caja de Ahorros del Sureste. Junto  a un grupo de poetas de posguerra como el historial Vicente Ramos y el poeta Rafael Azur revitalizaron  la vida literaria de la ciudad creando varias revistas literarias y antologías con Tina Mercader, Ángela Gatell, José Albi, Julián Andúgar o María Beneyto. A este grupo de poetas se le unieron pintores como Gastón Castelló, Miguel Abad Mirón, Melchor Aracil, Pérez Pizarro y el escultor Pepe Carbonell.
Actualmente, el legado de Manuel Molina se halla en el Archivo por la Democracia de la Universidad de Alicante, suyos albaceas son Clemencia Molina Varó (hija) y el profesor Cecilio Alonso. La correspondencia epistolar alcanza 3.800 documentos en su mayor parte literario, que corresponde a unos 400 remitentes, entre los que se destacan Vicente Aleixandre, Juan Gil Albert, Josefina Manresa (viuda de Miguel Hernández), Gabriel Celaya, Blas de Otero, Antonio Buero Vallejo, Celia Viñas, Leopoldo de Luis, Ángel Caffarena, Santiago Moreno o Carlos Sahagún.
Molina es autor de una treintena de a libros y poemarios. Uno de ellos, el más destacado en el titulado “Hombres a la deriva” de 1950, donde en plena dictadura publicó dedicó tres sonetos al autor de “El rayo que no cesa”. @mundiario





lunes, 26 de noviembre de 2018

Amistad de Vicente Aleixandre y Manuel Molina








 

    Poema [que Manuel Molina] dedicado a  Vicente Aleixandre y Merlo nacido en Sevilla, 26 de abril de 1898. Poeta perteneciente a la Generación del 27, recibe el Premio Nobel de Literatura en 1977. Su infancia transcurre entre Málaga y Madrid. Estudia Derecho y Comercio, y durante unos años es profesor en la Escuela de Comercio de Madrid especializándose en Derecho Mercantil. Su amistad con Miguel Hernández en Madrid, es la ocasión para que Aleixandre publicara en la revista Silbo de Orihuela, y recibir en su casa de Madrid de la calle Velintonia 3, a poetas como Carlos Fenoll, al músico Jesús Poveda y a Manuel Molina. Amistad epistolar que mantuvieron siempre, y con Josefina Manresa, quien le facilitó los originales para publicar en la editorial Aguilar Otras escogidas  en 1952, con la ayuda el editor Arturo del Hoyo.
     Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se le reconoce como el principal poeta surrealista español. Falleció en Madrid el 14 de diciembre de 1984.

     El poema «El superviviente» de Molina tiene todas la características estilísticas de un poema surrealista, propio de la escritura automática, aunque si lo leemos en su conjunto, tiene referencia  al mar y al poemario  «aleixandriano», Sombra del paraíso, 1944 con referencia al mar de la infancia malagueña de Vicente. La creación de Molina no se trata de un conjunto de metáforas, sino la simbolización de todo un conjunto seleccionado «sombra de mar desvanecido» (v.8), alude al título del poemario Sombras del paraíso: por ello, llama la atención su imaginación teniendo a la vez en la mente otro mar, en este caso, el alicantino, por eso lo inicia con el adverbio  de lugar del primer verso AQUÍ(le faltó  decir en Alicante ). Es un poema epistolar, por eso dice «tu ser despereza», o en una pregunta que no quiere hacerle «No quiero preguntarte» (v.15), lo comprenderemos mejor si lo leemos como una carta enfática y versificada en arte mayor como una Silva. El título de «El superviviente» alude a la personalidad del «enfermo de hierro» de Vicente Aleixandre que a pesar de que le extirparon el riñón izquierdo en 1932, y haber estado largos años en reposo, y haber sobrevivido a la guerra civil, y no tuvo que exiliarse como sus compañeros de la Generación del 27, sobrevivirá, incluso al régimen franquista.
   Aunque,  anteriormente, entre 1928 y 1929 publica Pasión de la Tierra, que Gabriele Morelli, califica como la «primera y auténtica incursión de la Literatura española en el surrealismo poético». Pero en prosa poética.
    En el verso «venían tus relojes ciñéndote a sus horas» es la demostración de un estado de normalidad antes de amanecer solo o solitaria. La alusión al reloj me recuerda el reloj de oro que Vicente le regaló a Miguel Hernández por su boda el 9 de amor de 1937, y que tuvo que vender en Santo Aleixo (Portugal), aunque lo detuvieron cerca de Moura también en Portugal.
     En el verso «entre el polvo transido» (v.28), me recuerda un soneto del poeta Santiago Moreno Grau, es autor de un soneto titulado: «Ante Dios muerto», en cuya prime primer cuarteto, escribe:

         Cadáver de la luz, Cruz sin vida:
         Si Amor ha de morir, ¿Qué me sostiene
        ¿Por qué la lanza que te hirió no viene
          Para herir mi cruel tierra transida?

     El poeta Santiago Moreno Grau, amigo personal de Manuel Molina, estaba paralítico, en silla de ruedas, y ante el sufrimiento que padecía, le inspira para escribir un soneto donde  pide para él la lanza que hirió a Cristo crucificado.
    El poeta panadero Carlos Fenoll, amigo de Manuel Molina, es autor de otro grandioso poema místico  titulado  «A Cristo yacente», donde  Cristo yacente, a pesar de su apariencia muerta, puede bendecir:

           «Y esa mano, y esa mano que, muerta
           Mas no del todo fría.
           Levemente entreabierta
           Bendice todavía»

   En el último  verso de «El superviviente» califica a Vicente Aleixandre como Poeta de la Vida, por ser un poeta superviviente. Este es un gran poema.
   Me consta, que Molina debió de enviarle un ejemplar a Aleixandre de Hombres a la deriva, dedicado, sería muy deseable encontrar este ejemplar.
   La ilustración se la he dedicado a Vicente Aleixandre usando el novedoso estilo de trama con Rotring de fieltro no soluble al agua, muy semejante a la antigua técnica de llama «plumilla inglesa» de los antiguos maestros.

Texto del libro "Hermeneutica de Hombres a la deriva de Manuel Molina" Lulu y Amazon

domingo, 18 de noviembre de 2018

Camilio José Cela en Elche


 Camilo José Cela en el Hort del Xocolater (1962) | En 1962 Camilo José Cela vino a Elche por medio de la Caja de Ahorros del Sureste de España y de la mano de Vicente Ramos Pérez, director de la Biblioteca Gabriel Miró. Se trataba de buscar una localización, en el Hort del Xocolater, para colocar un monumento en su honor. En la fotografía aparece en el centro del grupo Manuel Molina y delante de él, Antonio Martínez Maciá "Pin".
 Vicente Ramón bailando con lobos. Camilio José Cela en Elche.


AZORÍN, EN VICENTE RAMOS. (un trabajo para el centenario 2019)










AZORÍN, EN VICENTE RAMOS

                                                                Por Ramón Fernández Palmeral



 


                                                                                        A Vicente Ramos 

                                                                                   Notas Previas

     Vicente Ramos Pérez sintió desde muy joven una gran atracción y admiración por nuestros tres célebres escritores alicantinos: Azorín, Gabriel Miró y Miguel Hernández, y es por este orden el seguimiento que hizo de los llamados: “Trinidad de la palabra” según el título de un libro de Luis Beresaluze. El propio Vicente Ramos escribe: “Y debo confesar que la semilla prendió en mí de tal modo que Azorín alumbró, él solo, los albores estéticos de mi adolescencia hasta que, en 1937, descubrí a Gabriel Miró, hermanándose las dos luces, las dos voces, en mi corazón” (Nº1 Anales Azorinianos, 1983-84, p. 131).   Vicente sufre los efectos  embaucadores que los libros  azorinianos y mironianos  ejercen sobre el organismo y la sensibilidad, porque los sentimientos necesitan la energía y la fuerza del lenguaje y de la palabra, y muy joven se verá  arrastrado para siempre por la "libromanía" que ilumina las zonas adormecidas del alma.
   Paco Mira, Salvador Poveda y Jaime Barberá, alcalde de Monóvar, inician gestiones, sobre 1957, con los hermanos de Azorín: Amancio, Amparo y Mercedes, y con don Antonio Ramos Carratalá, director de la entonces Caja de Ahorros del Sureste de España, hoy la CAM, para el  nacimiento de la Casa-Museo Azorín en Monóvar, que la adquirirá en 1961. Vicente Ramos, a la sazón director de la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante desde abril de 1952 que lo fue a solicitud de Ramos Carratalá,  también colaborará  en esta acertada decisión de la Caja, por adquirir la vivienda y la biblioteca familiar de Azorín en la calle Salamanca números 4-6, que tras la realización de obras de rehabilitación y acondicionamiento abrió sus puertas el 10 de mayo de 1969. Aunque Azorín no  deseaba que, en vida, le hicieran nada en Monóvar, de hecho, se había negado a venir a Monóvar a recoger la Medalla de Oro de la Ciudad, según cuenta Paco Mira (por entonces director de la Caja de Ahorros del Sureste de Monóvar), tal vez por excesiva humildad más que por orgullo, humildad escolapia, virtud, quizás, aprendida de sus profesores religiosos en Yecla.  Aunque también tenía sus arranques de mal carácter  que le templaba su esposa doña Julia Guinda, más  práctica y terrenal; a pesar de ello donó al pueblo de Monóvar la biblioteca familiar ampliada  por el propio Azorín, su mesa de trabajo, su sillón y algunos muebles, 
    Vicente Ramos fue el primer director de la Casa-Museo de Azorín  (Obras Sociales de la CAM), seguramente por la propuesta de don  Antonio Ramos Carratalá, y acuerdo de la Junta del Patronato, presidido por su alcalde Francisco Sanchís Bonatre, en sección del 6 febrero 1971, tomó posesión el 2 de marzo de ese año con un discurso alusivo a la figura de Azorín y Monóvar. Fue direcor hasta su jubilación en 1983,  lo sustituyó don José Payá Bernabé  el 1 de enero de 1985.   Anteriormente,  don José Payá   había ejercido como Conservador de la Casa-Museo, desde 1/12/80 hasta 31/12/84. Sustituyó a  Pepe Albert Herrero  que fue el primer Conservador de la Casa-Museo Azorín desde 1969 hasta 1980 (Leer el artículo “Recuerdo de un azorinista: el alma limpia de Albert”,  por José Payá, donde nos desvela el puzzle de  la dirección de la Casa-Museo de Azorín, y Pepe Albert en el Record, de Rafael Poveda).
     Estos agradecimientos y amistad de Vicente  hacia la figura de don Antonio Ramos Carratalá se materializarán con el libro de encargo titulado Caja de Ahorros del Sureste de España: Vida y obra de Antonio Carratalá. Alicante 1970, también le dedicará "Nupcias del Alba" en Fábulas de la mañana y el mar (1960). La colaboración de ideas y trabajos en simbiosis entre los dos Ramos en favor de la cultura alicantina es una deuda impagable que tenemos con ellos.  Recientemente, Obras Sociales de la CAM,  ha creado una extraordinaria  página web de la Casa-Museo Azorín, y sin ánimo de polemizar, a mí me da la sensación de que se han olvidado de Vicente Ramos (tiene 2 citas en Opiniones, nada en el epistolario de esta web) y de otros azorinistas como Valverde, Riopérez, García Mercadal, Martínez Cachero..., que estoy seguro que con el tiempo entrarán en este portal.  Si ya en 1985 en la inauguración del Coloquio Internacional sobre Azorín en Pau se expusieron agradecimientos de la Casa-Museo a quienes habían colaborado desinteresadamente en su creación, no estaría demás, ahora, 21 años después volver a recordar a nombres como Ramos Carratalá, Oliver Narbona, Salvador Poveda (verdadero artífice) y Paco Bernabeu, director de la OBS, a Paco Mira,  Pepe Albert, así como a los alcaldes Jaime Barberá, Francisco Sanchiz Bonastre, José Bernabé Tordera, a la familia Martínez Ruiz y a Julio Rajal Guinda, sobrino de doña Julia; más que nada como una forma de refrescar la memoria en este fabuloso mundo azoriniano.
     He de hacer notar que esta Casa-Museo fue  casa familiar de la familia Martínez hasta 1961, donde vivieron los hermanos Amancio y Amparo, pero no es la casa donde nació José Martínez Ruiz que lo fue en calle Cárcel número 7-9, hoy de Azorín, una bocacalle de la plaza de La Sala. Casa que está de pena, fachada desconchada, puerta con graffitis obscenos, y  que, irremediablemente, se hará escombros metafísicos si antes no lo remedian. Creo que este es un tema pendiente, y debería ser retomado y anotado en la agenda de prioridades acuciantes monoveras, por pusilámine,  por las autoridades de la Generalitat Valenciana y municipales de Monóvar, porque no todos los esfuerzos por la cultura se  pueden dejar en manos de la entidades privadas. Recientemente la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes realizó una amplia recopilación de obras de Azorín con motivo del IV Centenario de  la I Parte de El Qujote y el I Centenario  de La ruta de Don Quijote.
    Cuando en 1929 llega a las manos de Vicente Ramos el volumen Superrealismo, tenía diez años de edad, y comienza en Vicente un, llamémosle, “azorinianismo” o más coloquialmente “la vena azoriniana”.  Como resultado de estra atracción literaria, escribió, al menos, que yo conozca, once trabajos que, a modo de recordatorio reseño seguidamente. Sobre estos trabajos pretendo hacer una sinopsis o aproximación, más que un exhaustivo estudio filológico, que queda a merced de quienes son académicos o doctores.  Quizás, hoy en día, pocos saben que Vicente, es una de las memorias vivas más reconocidas del alicantinismo actual, si se quedaran todos los libros de la historia alicantina, su memoria sería suficiente para recuperar nuestro legado, además  es uno de los primeros estudiosos preocupados en realzar y situar donde se merece,  la indiscutible figura de Azorín y la de nuestros escritores en general.  Es Vicente, posiblemente, uno de los precursores de la creación del Premio Azorín Nacional de Literatura, por la Diputación de Alicante (primero  se llamó Nacional de  Literatura y luego de Novela, que editaba Aguaclara, y que pasó después a la prestigiosa Editorial Planeta). En 1965, gana Vicente Ramos  el recién creado  Premio Azorín, con su libro Literatura Alicantina (1939-1939), editado por Alfaguara, Madrid-Barcelona, 1966.

                     

    Índice  de  trabajos en los que Vicente Ramos estudia la figura de  Azorín:

1)     Significación de Yecla en la metafísica de Azorín, Alicante, 1954.
2)     Fábulas de la mañana y el mar, (1960), en la página 87, vemos un relato titulado: “Entre Azorín y Salgari”.
3)     Literatura Alicantina (1839-1939), Premio Azorín, Madrid y Barcelona, 1965
4)     Sobre una desconocida comedia de Azorín y texto de su «Prólogo», Alicante 1969.
5)     Raíces de Azorín, Alicante, 1970.
6)    Lo alicantino en Azorín, Alicante, 1972.
7)   Azorín y la eternidad, “La Verdad” , 3 de marzo 1967
8)   Azorín, Casa-Museo, Monóvar 1982.
9)    Cuatro cartas de Azorín y un epílogo. Monóvar, 1983.
10)  Crónicas parlamentarias de José Martínez Ruiz, Monóvar, 1993
11)  Del ayer de la Casa-Museo, 2000
                      

  

                                                    Análisis de los trabajos

   El análisis que pretendo hacer de estos trabajos se debe  entender como una primera cata  o primeros esbozos a mano alzada,  sin otro interés que refrescar la memoria literaria alicantina, puesto que, sin duda alguna, pretendo dejar al descubierto buenas gangas por estudiar.  También aconsejo, como una forma de complementar este acercamiento, los libro Vicente Ramos: Alicante, de Luis Beresaluze Galbis, ECU, Alicante, 2004 y Semblanza de Vicente Ramos Pérez,  del periodista Martín Sanz, Fundación Vicente Ramos,  Guardamar del Segura, 2003, donde aparece una cronología y una bibliografía que nos ayudarán a completar las peculiaridad de su vida y de su obra.
                 
     1.-En el ensayo titulado Significación de Yecla en la metafísica de Azorín, Premio Juegos Florales el 7 de octubre de 1954, es un homenaje a Azorín (no nos dice dónde se celebraron los Juegos Florales), se editó por el Departamento de Cultura de la Delegación Provincial de Educación de Alicante, en 1954. Imprenta Lucentum, contiene 10 páginas.  Se inicia el ensayo con un parangón entre la Yecla que conoce Pío Baroja en “Camino de perfección” y “La Voluntad”, ambas obras  publicadas en 1902.  Vicente llega a la conclusión siguiente: ”Efectivamente, sobre el espíritu atormentado de Baroja, Yecla resbaló con tristísima fugacidad, mientras permanece y queda en el contemplativo Azorín con sello perdurable y verdad transcendente”.
    Además nos apunta que Yecla es la ciudad de las dos sensibilidades: la manchega y la mediterránea. Llegó Azorín a Yecla por primera vez cuando contaba ocho años de edad, de Monóvar a Yecla fue en carro, había seis u ocho horas de camino, y en  Yecla permaneció ocho años más estudiando en el colegio de los PP. Escolapios, que antes fue convento franciscano. Anota Vicente que: «La vida en un Colegio de  religiosos está gobernada por cánones inexorables. Según este criterio, Los Escolapios hacían levantar a sus alumnos a las cinco de la mañana -caso de no obedecer, “hubiéramos perdido el chocolate”- [Las confesiones...IX La vida en el Colegio, p.37] una vez cumplido el aseo, bajaban a la capilla y oyen misa». Misa diaria, que indudablemente forjarán su espíritu, y "le acostumbran a inquirir con humilde sencillez, y, sobre todo, le desarrollan su amor por el paisaje, fenómeno éste idéntico al que se produce en Gabriel Miró, siendo colegial en Santo Domingo de Orihuela".
   Otra de las causas ciertas  que Azorín alega sobre al amor a la Naturaleza son las continuadas contemplaciones, durante ocho años, de la repetida escena de la vega yeclana desde la ventana del estudio, desde su pupitre, llevado más que nada por una ansias de libertad, propia de un infante en un colegio interno y encima de religiosos.  Desde esta comtemplación forzosa del paisaje de la vega, más los deseos de huida, aprendió Azorín a describir los colores del paisaje con los lápices de su imaginación, y el deseo irrenunciable de volar y nos los afirma: "Y esta visión continua ha puesto en mí el amor a la Naturaleza, el amor a los árboles, a los prados mullidos, a las montañas silenciosas, el agua que salta por las aceñas y surte hilo a hilo los hontanares". (Las confesiones... p.42). Del padre Carlos Lasalde, sabio arqueólogo, guardaba "un recuerdo dulce y suave".
    Vicente Ramos nos hace un exhaustivo análisis de La Voluntad, del que nos dirá que es un libro yeclano por excelencia, a pesar de las discrepancias sobre novela o no novela, que tiene poca importancia, según Vicente.  Ciertamente es una novela teñida de naturalismo, en la que no hay fábula, porque el propio Azorín dijo que la vida no tiene fábula. Es una novela donde el autor, cuaderno en mano pinta la realidad que le circunda con  detenimiento en los más mínimos detalles, orfebre de la palabra, a la vez,  la somete a la máxima  elasticidad, como excusa para exponer su más íntima biografía. 
    Describirá el impacto que le causó en su niñez la ciudad “mística y visionaria” de Yecla en José Martínez Ruiz, donde realizó el bachillerato con los escolapios, y de cuya ciudad nos hablará en Confesiones de un pequeño filósofo, y en La Voluntad, entre otras obras azorinianas. Finaliza el ensayo diciendo que José Martínez Ruiz «depositó en su alma los cimientos de los tres grandes pilares de la metafísica: Tiempo-Muerte-Eternidad. Y por añadidura –no hay que olvidar-, el sentimiento del paisaje, el otro factor decisivo de su estética».
    Vicente Ramos le  envió un  ejemplar de este ensayo a Azorín, quien le contestó en carta:
    «Madrid, 23 septiembre 1954.- Sr. D. Vicente Ramos.- Mi querido amigo: muchísimas gracias. Su trabajo es primoroso; ha escrito usted una monografía veraz. La he leído con emoción. Refleja usted en esas páginas el ambiente y la personalidad.- Cordiales saludo.-Azorín, C. Zorrilla, 21».


    2.- En  Fábulas de la mañana y el mar (Libro de Alicante), Instituto de Estudios Alicantinos,1960, contiene 41 composiciones  de prosa poética, bellísimo libro, que es un recorrido por la memoria y algunos lugares de la  provincia de Alicante. Abre el libro una  cita de Azorín: "La esencia es lo que importa".  Encontramos en la página 87, el relato titulado:  “Entre Azorín y Salgari”, donde un niño, Alone,  con nueve años leía correctamente páginas de Cervantes o de Amicis, y escribía bocetos de cartas dirigidas a su queridísima tía Rafaela, maestra en un pueblo castellonense. "Fueron epístolas breves, candorosas y emotivas". Escribe en una mesa peana de un gran Cristo en cruz, al que preguntará con candorasa misticidad  de qué le podía escribir a su tía.  Son recuerdos de cuando su "tía Rafaela: rosa huérfana de caricias, lirio desvanecido", le traía libros en verano, pero  en el último viaje  no le trajo a Salgari, forjador de ilusiones,  sino a Azorín con Superrealismo. Pero una mañana "matineó la muerte" y ya no le escribió más cartas a su tía.
    Nos comenta Vicente Ramos en su artículos «Cuatro cartas de Azorín y un epílogo», Anales azorinianos, nº 1, 1983-1984, pág. 130, su afición a  la lectura de Azorín:  "En Fábulas de la mañana y el mar (1960) evoca la queridísima e imborrables figura de mi tía Rafaela, maestra de primera enseñanza, a la que debo mi primera lectura de Azorín…"  Cuando contaba Vicente diez años de edad, bebe en  las páginas de Superrealismo, luego rebautizado con el nombre de El libro de Levante, donde inicia su verdadera vocación literaria.
    Cuando  Vicente  contaba dos años de edad murió su madre, y su padre contraerá segundas nupcias con doña Joaquina López Gil (profesora en Novelda), que  fue un gran apoyo para él.  La visita a Guardamar del Segura para el traslado de los restos de su madre y su hermana Rosario al nuevo cementerio, le causará una gran conmoción y sentimiento, y, le llevará a escribir el poemario Destino de tu ausencia, dedicado a su madre, poemario de quien Carmen Conde diría que "es un breviario de rezos hondísimamente proclamados en poesía. Si hubo un poeta en lengua española que pronunciara con reverencia ejemplar, con unción, la palabra madre, llevándolo por escalas de sombras a la absoluta luz, se llama desde hoy Vicente Ramos". Al mimo y cuidado del niño huérfano, acuden otras mujeres de su eterno familiar, su abuela y sus tías Carmen y Rafaela, es esta última a la que le guardará gran cariño, “maestra de primera enseñanza, a la que debo mi primera lectura de Azorín” (Cuatro Cartas de Azorín y un epílogo. A.A. nº1 , pa. 130), y también le trajo libros de aventuras de Emilio Salgari. Y es a su tía a la que recuerda y parece la destinataria de Fábulas de la mañana y el mar.  También describe  Vicente a su tía Rafaela  como que  era una mujer apaciguada, rosa huérfana de caricia, lirio desvanecido, melancólica voz.
   El libro de Fábula de la mañana y el mar, contiene 152 páginas, escrito en tercera persona. Recuerdos, impresiones y paisajes, cuyo protagonista es el niño Alone, espejo de Vicente Ramos.  Nombre que el autor toma para recordarnos  la  colonia griega Alone fundada por los masilenses,  como se puede ver en el yacimiento del Cabezo Lucero de Guardamar del Segura, ya que Vicente Ramos nació en Guardamar en 1919, donde tiene una calle y una Fundación que llevan su nombre.


     3.- Literatura Alicantina (1839-1939), (Premio Azorín de Literatura de la Excm. Diputación Provincial de Alicante, 1965), editado por  Alfaguara, Madrid. Barcelona, 1966.   Le dedica a Azorín las páginas 165-171, dentro del capítulo "Novecentismo. A) Escuela de Monóvar". Nos dirá sobre Azorín “que es la voz más genuina y gloriosa de este Alicante…, ébriamente enamorado de su tierra”. Y el texto se va componiendo de citas de Azorín, demostrando, fehacientemente, que le ha leído con verdadera entrega, a través de una dolida sensibilidad, porque todo exceso de sensibilidad es dolora, como dolorosa en la frágil belleza que el tiempo, lúcido e inmutables se encarga de cambiar. Son meditaciones sobre la minuciosa descripción del paisaje azoriniano. Nos explica los cuatro colores fundamentales que distingue Azorín: el cabellado (verde), cerúleo (azules), el citrino, (verde limón), el cinéreo (el gris tenue de ceniza). Nos hace comentarios de El libro de Levante (antes Suprarrealismo), sobre las tierras alicantinas, las mujeres, el mar “greco-latino”,  y la influencia arábiga. Es Alicante inspiración para Azorín, como lo demuestra la obra  para teatro radiofónico titulada “Ifach” de 1933. Indica Vicente que Azorín hace alusión a Alicante en Una hora de España, discursos de ingreso en la Real Academia de la Lengua del 24 de octubre de 1924., y así se lo hace saber al alcalde de Alicante, agradeciéndole su felicitación. Finaliza el trabajo con una amplia bibliografía fundamental azoriniana.



    4.- En Sobre una desconocida comedia de Azorín y el texto de su prólogo, publicado en la revista del Instituto de Estudios Alicantinos, nº 1, enero 1969 pp.11-18, nos hace Vicente una introducción al teatro de la década surrealista azoriniana, para confirmar que “el artista intelectual adopta una actitud de franca rebeldía –dadaismo-, encauzada, a partir de 1924, en el surrealismo”.  Es un tiempo complejo de influencias freudianas y el descubrimiento del subconsciente, del onirismo y del surrealismo, donde “el alma se entrega al romanticismo del sueño metafísico”. Porque en realidad el surrealismo florece en al campo de lo onírico. Al  preámbulo del artículo lo titula el “Clima”. La desconocida obra azoriniana  es  “Ifach”, como el mítico Peñón de Calpe, una de las columnas de Hércules, y que en la obra teatral radiada es el nombre de un viajo capitán de navío, vuelto desde el mar a la soledad de alta Aitana. “Ifach” se estrenó radiada en la Emisora “Unión radio”, de Madrid, EAJ 7, en la noche de 4 de abril de 1933.
     También nos hace Vicente una relación de todas las obras teatrales de Azorín hasta 1933. Las referencias bibliográficas a la obra teatral  “Ifach”, son dos: una es un comentario de Ángel Valbuena Prat, en su Historia del Teatro Español, Barcelona, 1956. La segunda referencia es de Juan Chabás, natural de Denia, en el diario “Luz” de Madrid de 6 de abril de 1933.
     Para el estreno de “Ifach”, Azorín escribió un prólogo que no aparecía en ningún volumen de Azorín, y, Vicente, con el objetivo de que no se perdiera, nos los transcribe completo en este artículo,  que acaba: “En líbranos del pecado original -la violencia, la propensión a la violencia- está la salvación del mundo”. Madrid, 30 de marzo de 1933.



    5.- Raíces de Azorín, Instituto de Estudios Alicantinos, 1970. Contiene el texto de la conferencia inaugural del Homenaje Nacional a Azorín, pronunciada en el Casino de Monóvar, 13 de enero de 1968. Consta de 44 páginas. Dividido en nueve capítulos  titulados: I Suelo y cielo. II Un olor. III El calor. IV Aquí y ahora. V El mar. VI El carácter. VII Filosofía. VII La Naturaleza. IX La "terreta". El estilo. Para finalizar con una cita de Azorín " El estilo es la tierra. Yo se lo debo todo a la tierra".
     Un trabajo donde Vicente trata de verificar la raigambre alicantina de Azorín, y confirma que el estilo de Azorín se debe a este suelo, a estos olores de jazmines, benignidad del clima mediterráneo, la filosofía de la vida, la tierra como origen de su estilo. Un trabajo impecable donde  abundan las citas de Azorín. 

    

   6 - Lo alicantino en Azorín. Instituto de Estudios Alicantinos, nº 8. Alicante, 1972, (pp.7-19).  Este título aparece  también en la bibliografía  de Semblanza de Vicente Ramos Pérez,  del periodista alicantino Martín Sanz.   Vicente Ramos nos hace una recopilación de los textos donde Azorín hace referencias a Alicante, a Monóvar o al Levante. Pero en cierta al inicio del artículo situlmente se lamenta que fue Castilla donde los escritores de la Generación del 98 "ofrendaron gran parte de su tiempo". Nos hace referencias a los libros del maestro: Tiempos y Cosas (1941), a Memorias Inmemoriales (1946), recoge de este libro la frase. "más amor que yo tengo a mi cuna no podrá tenerla nadie a la suya."  En el libro El paisaje de España visto por los españoles (1923) y que pasó a Tiempo y paisaje. Visión de España, 1968, hay verdadera poesía pura  azoriniana "sobre el horizonte, de una limpieza maravillosa, resaltan estas montañas desnudas que parecen de cristal. Sentimos ganas de pasarle la mano suavemente por las cumbres, como a un animal se le pasa la mano por el cerro" (p.12 de Vicente Ramos).  Ramos nos dice que Alicante es para Azorín "el paraíso de grises, en este edén para el ensueño y deliquio (sic) [delirio] de las almas, todo es dulce y suave para el espíritu y para el tacto..." Notas de A voleo. Y por supuesto los comentarios que Azorín dedicó a Sigüenza de Gabriel Miró.
       A Alicante le dedicó Azorín un artículo que comienza: "La última impresión que tenemos de Alicante es la siguiente: era la primavera; el día estaba claro; en las primeras horas de la tarde tomamos el tren para ir a Murcia...". que podemos leer en la pág. 92 del libro ilustrado Tierra y Alma de Mediterráneo, con selección y prólogo de Andrés Amorós, Ayalga/ediciones, Asturias, 1994, además podemos encontrar varios textos de Azorín y otros autores alicantinos y valencianos que hablan del Levante. También hace referecia Azorín al Levante en el prólogo que dedicó al libro de Rafael Coloma Payá.
   Azorín es absorbido como la boira sobre el Mediterráneo sorollesco, para, luego devolverlo en otro cuerpo hecho de palabras sensibles y azorinianas,  transformado en nubes como alimento de la hierba sobre Aitana.
  También es verdad, en mi parecer, que hay múltiples referencias a Alicante en la obra azoriniana, sin embargo, la alusiones directas hay que buscar con lupa las referencias a esta tierra ducel al tacto, aunque hay meritorias referencias poéticas, como "un hálito de la divina Grecia (Azorín. O.C. VI, 993). Vicente no dice en la página 9, que "El gran escritor de Monóvar ha dejado patente un muchas ocasiones la admiración y el amor que siempre sintió por tan querida provincia".


   7.- Azorín y la eternidad, es un artículo de Vicente publicado en “La Verdad”,  como de  despedida el día después del fallecimiento del maestro, ocurrido en Madrid el 2 de marzo de 1967. Empieza el artículo:  «Inspirándose en la lectura de Azorín, glosándola metafísicamente, José Ortega  y Gasset afirmó que todo arte «es siempre una aspiración a divinizar las cosas, dotándolas de los atributos peculiares del Ser Supremo».  Vicente dice que Azorín hizo de España su tema constante poniendo al descubierto de su esencia más permanente, y sus cualidades más trascendentales. Efectivamente,  España es el tema predilecto de Azorín, a través de su Castilla, los comentarios sobre Cervantes "Con permiso de los cervantistas" y otros ensayos.
      
  
    8.-En el folleto Azorín: La Casa Museo, publicado por la Casa-Museo de Museo, Monóvar, Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, 1982, aunque está impreso en Novelda, 5.000 ejemplares. Consta de 24 páginas, no numeradas. La portada la ilustra un dibujo esquematizado caricaturesco de Azorín con abrigo y sombrero, autor con firma ilegible, dedicado: “Al gran Martínez Ruiz”. El libro contiene: A) Una breve biografía de José Martínez Ruiz, firmada por Vicente Ramos. B) Orígenes de la Casa-Museo. En la que se nos explica que «La casa, enclavada en los números 4 y 6 de la calle Salamanca, fue heredada por María Luisa Ruiz Maestre, madre de Azorín, de su tía Loreto en 1875».  Nos explica que la biblioteca familiar, mesa de trabajo, sillón y muebles fueron donados por Azorín a Monóvar, y al fallecer doña Julia Guindo Urzanquí en 1974, se incorporaron recuerdos personales e incluso la cama donde falleciera el maestro de escritores. En 1975, Julio Rajal, sobrino y heredero de doña Julia donó más objetos personales así como la biblioteca particula con más de 10.000 volúmenes. C) Composicón y distribución de las tres plantas de la casa, donde hay un retrato de Genaro Lahuerta, que era profesor de pintura en San Carlos de Valencia, y un busto del escultor valenciano José Palacios de 1930, un óleo de Aureliano Beruete.   D) Una muy amplia aunque incompleta bibliografía de José Martínez Ruiz (Azorín), en la que figura una relación de 96 obras.
    Esta obra  ofrece al lector un amplio conocimiento no sólo de la Casa-Museo y del escritor,  “sino también de su época y de la literatura contemporánea”.


    9.-En Cuatro cartas de Azorín y un epílogo, Anales Azorinianos, nº 1, 1983-84, Casa Museo de Azorín, Monóver, Alicante. Pp.130-134. En este artículo nos encontramos con una introducción, donde nos confiesa, que en su libro Fábulas de la mañana y el mar (1960), en el apartado "Entre Azorín y Salgari"  donde evocaba la queridísima e imborrable figura de su tia Rafaela, es a la que debe sus primeras lecturas de Emilio Salgari, y luego la "magia de Azorín.  Prodigio bellísimo de la palabra. Superrealismo, libertando la evocación del niño. Alumbramiento”.  Superrealismo  fue presentado en un acto celebrado por el Ayuntamiento de Monóvar el 2 de febrero  de 1930, luego se llamará El libro de Levante.  
    En este artículos nos comenta Vicente Ramos su relación epistolar con Azorín, que fueron cuatro cartas  que recibió del maestro que guarda como un verdadero tesoro. La primera es una carta  datada el 23 de septiembre 1954, agradeciéndole que le enviara  el ensayo Significación de Yecla en la metafísica de Azorín.  La segunda carta es la negativa de Azorín para hacerle el prólogo al libro Vida y obra de Gabriel Miró, alegando que “Prólogo formulario no quiero hacer”, datada el 10 de enero  1955. La tercera carta se refiere a la recepción del libro Vida y obra de Gabriel Miró, fechado el 11 de junio de 1955. La cuarta carta, se debe, a con motivo de haber ganado Vicente  el Premio Azorín por la obra Literatura Alicantina (1839-1939), le envía un ejemplar con la siguiente dedicatoria: «A Azorín, maestro de la palabra; ejemplo de amor a España, a su espíritu; luz egregia de la alicantinidad. Con predilección fervorosa». Azorín le contesta con carta de fecha 28 de febrero de 1966, donde hace la observación sobre su profesor  de Derecho Político, don Eduardo Soler Pérez  le creía nacido en Relleu, cuando, en realidad según Vicente nació en Villajoyosa en 1845.
   Y en III Epílogo, nos aporta  el artículo Azorín y la eternidad, como el mismo dice a “guisa de epílogo”. Donde hace una síntesis de sus recuerdos sobre Azorín     

  

   10.-En Crónicas parlamentarias de José Martínez Ruiz, Anales Azorinianos nº 4,  Monóvar, 1993. pág 211-249. En  este largo artículo Vicente destaca “el abandono [de Azorín] del federalismo de Pi y Margall para instarse en el conservadurismo de Maura…”.  Y expone detalladamenmte, la hasta entonces,  ignorada crónica parlamentario de Azorín, divide el trabajo por legislaturas. En el apartado A) nos hace referencias a  la legislatura de 1907 a 1909, cuando Azorín salió Diputado a Cortes por Purchena (Almería) con 5.065 votos, ocupaba el escaño en la parte central del Congreso, debajo del reloj. B) Legislatura de 1914 a 1916, fue proclamado a Diputado a Cortes por el distrito de Puenteáreas (Pontevedra). C).- Legislatura de 1916 a 1917, Azorín es elegido Diputado por Sorbas y nombrado Subdirector del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. D) Legislatura de 1918, reelegido por el distrito de Sorbas el 28 de febrero de 1918. E) Legislatura de 1919 a 1920, es reelegido Diputado por Sorbas con 5.360 votos, y también subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.
    Nos transcribe Vicente Ramos la intervención de Martínez Ruiz que figura  en el diario de sesiones del 31 de julio de 1919, y sobre el caso del Sr. don Pedro del Pino, médico por la Universidad de Santiago de Cuba y que ejercía en Fregonal de la Sierra. Y acaba este artículo  de Crónicas Parlamentarias…, con notas bibliográficas que aportan nuevos documentos azorinianos parlamentarios.


   11.- Del ayer de la Casa Museo. Artículo publicado en el Boletín Informativo de la Casa-Museo Azorín 7/9, junio-octubre 2000, donde se recoge el discurso que pronunció Vicente en el acto de la toma de posesión como Director de la Casa-Museo, celebrado en el Ayuntamiento de Monóver el 2 de marzo de 1971 (cuarto año de la muerte de Azorín). Previamente, con fecha 6 de febrero de 1971, la Junta del Patronato de la Casa-Museo, presidida por don Francisco Sanchíz Bonasto, alcalde de Monóvar, tomaron el acuerdo  de nombrar director de la Casa-Museo, al Doctor en Filosofía y Letras don Vicente Ramos Pérez, bajo la cláusula: "el cual reune, a la vez, la condición de ser Director de la Biblioteca Gabriel Miró, de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en Alicante..." Acuerdan que la toma de posesión se celebraría el día 2 de marzo de ese mismo año.
    El acto, según el artículo de Vicente Ramos, estuvo presidido por don Enrique Ballenilla Fajardo, delegado provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, acompañado el alcalde ya mencionado y distintas autoridades.
    El dicurso se colma con alusiones al matestro del realismo minucioso y complejas emociones, y, comienza el discurso  encumbrando a Monóvar como localidad de nacimiento de José Martínez Ruiz, tomando un párrafo azoriniano donde escribió el maestro que "Monovar había de ser el preferedo por el jazmín", esto es una clave que el magisterio de Vicente nos descifrará con sus sutilezas,  donde desarrolla la delicada sensibilidad y sugerencias de Azorín, al comparar su pueblo con el color blanco "pura y clara inteligencia", y también lo gris, color preferedido para designar el edén del Levante. Y Ramos alude también a José Ortega y Gasset que se había inspirado en Azorín para definri el arte "es siempre una inspiración a divinizar las cosas..." Porque, la belleza es crear algo que está más allá, supone aspirar a la revelación.
    Nos dice Vicente: "Es Azorín el que permanece, sin tiempo ya, eternizando la casa y, cone lla, la ciudad y su paisaje. Si la silla es esperanza, el saber, por su parte, se entreña en el libro, y la inmemorial memoria (en alusición al libro Memoria Inmeria,1946) alumbra, fúlgida, en los epistoralios". Porque en definitiva, adonde nos quiere llevar Vicente en su discuros,  es a la obligación de futuras generaciones en mantener en esta Casa-Museo, descanso del naugrafos, "el espírituo de azoriniano".
    Y si hoy tenemos el palacio espiritual de la Casa-Museo, mañana debemos tener en pie la Casa Natal de la calle Cárcel 5 (Hoy Azorín 7/9).



                                                                            Conclusiones
    “Y para finalizar esta pequeña antología de un tema que, por su trascendencia, merece estudio exhaustivo”, transcribo las propias palabras que  Vicente Ramos puso para dar por acabado Significación de Yela en la metafísica de Azorín, p.10.  Es decir, que mi presensión al escribir este artículo ha sido tan sólo orientativo, para  poner en conocimiento de los azorinistas, un relación que no se debe pasar a la ligera, la de Azorín con Vicente Ramos, y la de otros muchos nombre de monoveros artífices de la Casa-Museo de Azorín.
     No podemos dar por acabado este opúsculo sin recordar que Vicente Ramos Pérez historiador, poeta, filósofo, glosador, es impulsor de los estudios azorinianos, mironianos y hernandianos en Alicante. Más la fundación de revistas literarias como Arte Joven (un número) en 1939. Intimidad Poética, junto a Manuel Molina y Rafael Azuar 1943. Sigüenza, concebida como homenaje a Gabriel Miró en el decimoquinto aniversario de su muerte. Verbo, 1946. Un suplemento literario bautizado como Ifach, germen de la colección de libros Leila, 1949. Mensaje Literario con los compañeros del desaparecido Ateneo. Bernia, 1951-52. Se pondrá al frente de la revista Idealidad, publicada por la Caja de Ahorros 1952-84.  Autor de imprescindibles libros de historia de la provincia y capital de Alicante, y de sus  instituciones, como la Caja de Ahorros CAM, el Teatro Principal y actualmente trabaja sobre la Historia de la Diputación de Alicante.
   

 Nota de agradecimiento.- Este trabajo no hubiera sido posible sin el archivo de Gaspar Peral Baeza y la Biblioteca Gabriel Miró.

Para este trabajo consulté con el propio Vicente Ramos y lo vio correcto.

Fotos de Vicente Ramos y Ramón Palmeral

              Fernando Soria, Vicente Ramos, Ramón Palmeral y Tomy Duarte en la AAA de Alicante

    (Foto de Olympia Miró Maignon (nieta de gabriel Miró con Vicente Ramos. foto de Palmeral en la CAM

Retratos a lápizy tinta de Vicente Ramos, por Palmeral