Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

jueves, 23 de febrero de 2017

Miguel Hernández y Manuel Molina: Una amistad confirmada.











 Por Ramón Fernández Palmeral

 Miguel Hernández y Manuel Molina: Una amistad confirmada.


   Se pensaba por algunos hernandianos que Manuel Molina aprovechó la amistad con Miguel Hernández para resurgir a su sombra como poeta, escribiendo el controvertido libro Miguel Hernández y sus amigos de Orihuela, El Guadalhorce, Málaga 1969. Sin embargo, todo lo que dijo en ese libro era cierto, lo que sucedió es que le surgió un enemigo antiguo vecino como Ramón Pérez Álvarez, secretario de la revista Silbo, que tiró por tierra a Molina y a los hermanos Fenoll, sin saber por qué razón, tal vez por protagonismo. Además haber sido omitido su nombre en algunas cartas que no  están en la Obras de Completa del autor de El rayo que no cesa. Este centenario es la oportunidad de resarcirles de los agravios sufridos.
    La amistad del quinceañero Molina con los Fenoll, ramón Sijé y Miguel Molina venía desde las reuniones de la Tahona, porque Molina había nacido el 17 de octubre de 1917 en la calle Barrio Nuevo, contigua a la calle de Arriba, donde estuvo la tahona de los Fenoll, y en la misma valle vivía el joven Miguel Hernández. Ramón Sijé acudía a la tahona por dos razones, primer para visita a su novia que era la bella Josefina Fenoll, hermana de Carlos y de Efrén, y segundo porque en el alcabor del tahona (chimenea del horno) le preguntan Ramón Sijé, estudiante de Derecho, tanto Carlos como Miguel consejos literarios, y es muy posible que Molina acudiera de oyente, puesto que, esta asistencia la confirmó Carlos Fenoll en la carta en la que le decía que Molina era el Benjamín de la tertulia de la tahona. La referencia a la tertulia de la tahona lo había contado Molina en la revista Verbo, en 1946.

    El 2 de octubre de 1932, estuvo presente en la inauguración del busto a Gabriel Miró en Orihuela, el parque que hoy lleva su nombre, como simple asistente, sin participar oficialmente en ningún acto, ni en la revista monográfica “El clamor de la verdad”. Asistió con Carlos Fenoll, que a pesar de que se había iniciado como poeta, tampoco participó en dicha revista, ni en el Gallo Crisis, de Sijé.

  Cecilio Alonso escribe en su artículo “Miguel Hernández y Manuel Molina. Una amistad en dos tiempos” (Auca, 21, 2011, pág. 42), la convivencia con Miguel Hernández cuando éste componía su auto sacramental Quien te ha visto y quien  te ve y sombra de la que eras:
   “Pero, a mediados de 1934, se produjo una convivencia imprevista que dejó huella en la sensibilidad del más joven [Molina]. Miguel, para completar las últimas escenas de su auto sacramental, quiso retirarse al  Campo de Matanzas para componer sus versos en plena naturaleza. Manolo supo que lo iba a acompañar su amigo Antonio Gilabert, primo hermano del poeta, y consiguió que sus padre le permitieran ir con ellos…”

   En una carta de Miguel Hernández a Carlos Fenoll de fecha finales de enero de 1936 (pág, 2367 de CC.),  le escribe Miguel: “No escribo a mi primo [Antonio Gisbert], no escribo a Molina [Manuel], no escribo a no sé cuántos amigos. Me es imposible por completo repartirme más.”

   A finales de 1936 Molina se incorpora voluntario al 4º Batallón de Carabineros con destino en Madrid por el tiempo en que murió el periodista cubano Pablo de la Torriente Brau (19 de noviembre de1 1936), se encontró con Carlos Fenoll y Jesús Poveda, estaba como milicianos, en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, y también fueron los tres amigos y paisanos en la casa de Vicente Aleixandre, de calle Españoleto, 16, lo confirma una carta de Alixandre:
     "Somos los mismos que aquellos días nos vimos, días que valieron por años y sangre que valió por torrentes. ¿Te acuerdas del vinillo que nos tomábamos en aquel día de Navidad? Tú con tus 18 años y los simpatiquísimos Fenoll y Poveda un poco mayores que tú, con sus veintitantos. De toda aquella larga temporada es uno de los recuerdos más puros que tengo. Luego Miguel vino muchas veces, mi gran Miguel que era como un hermano chico para mí, y me habló de vosotros..." (1)

1)      Carta de Vicente Aleixandre a Molina de fecha 29-02-1952 (Archivo Maruja Varó).

     Esta visita a la casa de Vicente Aleixandre la contó Jesús Poveda  en su libro de México, Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández, Edición Oasis
Pero se olvidó de nombrar a Molina. Sí nombró a Carlos Fenoll.

    A finales de agosto de 1937 Miguel Hernández dio una charla o conferencia en el Ateneo de Alicante que estaba en calle Villavieja, donde acudió Manuel Molina con Vicente  Ramos a saludarlo, se confirma en el libro Miguel Hernández y Alicante, Colección Ifach de 1976.

   En 1938 se encontró Molina con Miguel en Valencia en la calle la Paz, y se saludaron.

    Escribió Molina que en la segunda quince de septiembre Miguel una vez puesto en libertad de la prisión de Torrijos de Madrid estuvo en la casa de Molina buscándolo, y como no lo encontró dejó recado a la hermana de Molina de su visita, al día siguiente Molina fue a Cox con Carlos Fenoll para advertirle que no fuera Orihuela. Yo tenía dudas de esta visita y así lo hice constar en mi libro Carlos Fenoll, trayectoria vital y poética de 2012, pero recientemente me he encontrado con el artículo de Cecilio Alonso “Miguel Hernández y Manuel Molina, Una amistad en dos tiempos (revista Auca, 21, 2011), que la hipotética visita de Molina a Cox, la confirma Josefina Manresa:

    “...En septiembre 1939 entró Miguel  a la tienda [una de comestibles de Cox] con Carlos Fenoll y Molina [Manuel venido de Alicante] a tomar un refresco, y le llamó la atención el cuadro [un Corazón de Jesús] y al día siguiente me contó mi prima [Carmen] muy enfadada, que le había preguntado Miguel: “A cómo da ese tío los tomates” [refiriéndose al corazón de Jesús del cuadro]. (2)

2)      Página 101 de Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, 1980

    Estando Miguel en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante, Molina visitaba a Josefina Manresa y a Elvira (hermana de Miguel) cuando vivía en la calle Pardo Jimeno nº 15 de Benalúa. Miguel en dos carta a Josefina cita a Molina de fecha 2 de agosto de 1941, “Di a Molina que busque una buena biología y manual de historia que no sea elemental”, Y en la de 29 de agosto de 1941 “Recuerdos de Miguel para Molina”. Ambas cartas no están en la Obras Completas de Espasa Calpe de 1992.
   
    Molina se enteró de la muerte de Miguel días después de su fallecimiento a través de su novia Maruja Varó, que se lo había encontrado la niña Rosa Moreno Hernández, la hija de Elvira, en la calle.

   La amistad de Josefina Manresa y Molina se mantuvieron  siempre en el tiempo, no sin cierta polémica como lo de la compra del nicho en 1952, que ya se ha contado.

    Anotadas estas reflexiones creo que ha queda suficientemente demostrado que es cierto todo lo que escribió Molina en sus escritos.

Ramón Fernández Palmeral
Alicante, jueves 23 de febrero de 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario