Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

jueves, 16 de marzo de 2017

Poema número 19 de "Hombres a la deriva" de Manuel Molina y comentario de Ramón Palmeral






19

SOY esclavo de la libertad que llevo dentro
 y lucho dentro de la esclavitud por ella,
ella es la fuerza que me arrastra y sabe
 cuáles son mis ideas.

Despierto entre sus brazos amorosos,
 y aunque siento el rigor de las cadenas
 soy feliz, porque siento más adentro
 el sereno fluir de mis ideas.

Me sé todo el lenguaje de los ángeles,
 he aprendido a cantar con las estrellas,
 a hablo con Dios, escucho su mensaje
 que es doctrina que saben mis ideas.

Tengo el alma transida de silencio,
 escucho su rumor de gran colmena,
 mi amor se queda mudo y extasiado
 ante el claro latir de mis ideas.




Al menos, en los años cincuenta la censura era muy estricta, y por ello, el poeta o los poetas no podían decir nada contra el régimen franquista, ni sobre la posición partidista durante la guerra civil. Por consiguiente, los poemas que se componían entonces no demostraban una posición crítica, sino adscrita al régimen. En cada provincia existía una oficina dependiente Delegación Nacional de Prensa y Propaganda.
   A veces, pienso que Molina ante el silencio impuesto por el régimen burla a la censura simplemente con el título, Puesto que Hombre a la deriva, podría significar –esto es solo una hipótesis- como si quisiera decir «ciudadanos sin rumbo», a la deriva de la imposición del régimen franquista, como si fuera zombis, sin opiniones ni pensamiento divergente, sino hombres, que sin democracia, iban como si tuvieran lavado el cerebro. En los tres sonetos a Miguel (págs. 41-44) que muy bien es en realidad una elegía nos da una descripción de la época “Desde este mundo triste donde habito…” (verso 4, pág. 41), o “Aquí viven los ángeles del luto…” (v. 1, pag. 43),  “… no sabes de esta vida desligada/ de todo lo más noble y lo más puro” (v. 3-4 pág. 45). De una forma pesimista y velada nos habla de la vida de los españoles de aquella época, en la que quien no estaba en la cárcel estaba sometido al silencio.
   Por lo tanto Molina, que había servido tanto a la República en el real Cuerpo de Carabineros, como soldado carabinero, como después hace el servicio militar forzoso y de reemplazo son los nacionales, tiene oro punto de vista.
    Quizás si nos detenemos en la lectura sublimar de este libro, vemos una crítica, a a través de a imágenes sombrías, triste, míseras, decepcionante. Este libro hay que leerlo en términos de crítica al régimen con expresiones personales.

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