Miguel Hernández, perito en toros
El inolvidable poeta de Orihuela participó en la elaboración de la gran enciclopedia taurina 'Cossío'
31.10.10 - 00:56 -
Ayer se celebró el centenario del nacimiento de Miguel
Hernández, uno de los poetas más decisivos de la literatura en lengua
española y uno de los autores que con más fuerza ha tratado el símbolo
del toro en su obra artística. Y es que como escribió Ramón Fernández
Palmeral, el toro y el cuchillo son los dos símbolos más empleados por
Miguel Hernández para expresar el destino trágico del amor, de la propia
vida, de la existencia. Y esto no es nada extraño si buscamos en la
propia biografía del poeta su relación con la tauromaquia, ya que su
abuelo materno, Antonio Gilabert Berna, era tratante de caballos y
abastecía de equinos para la suerte de varas las corridas de toros de
Orihuela. A Miguel le encantaba el toreo y en sus años mozo, los toros
para las corridas en su ciudad natal iban sueltos por las calles a modo
de encierro hasta llegar al coso. Cuenta el mismo autor que Miguel se
colgó un cencerro al cuello y mientras sus amigos iban gritando delante,
él iba detrás asustando a sus vecinos. Un amigo suyo, Carlos Fenol,
cuenta que era tan aficionado a la tauromaquia que una vez llegó a
tirarse al ruedo como espontáneo, llegando a se detenido y encarcelado.[Otro amigo de Miguel era Manuel Molina que cumple centenario en 2017]
Pero lo que mucha gente no sabe es que el poeta fue uno
de los redactores de la principal enciclopedia taurina, el 'Cossío'.
Cuenta Javier Villán que su tranajo fue decisivo para su permanencia en
Madrid: «En carta a Juan Guerrero Ruiz, de junio de 1935, escribe que
estoy trabajando en una enciclopedia taurina que va a editar Espasa
Calpe, dirige Ortega y Gasset y ordena José María de Cossío» y que le
pagan 'cuarenta duros' al mes. Ortega no dirigía la Enciclopedia aunque
se consideraba el padre de la idea. A Miguel Hernández se le atribuyen
algunas biografías del III Tomo, cuya autoría José María de Cossío nunca
confirmó, pero que podrían ser las de Lagartijo, Antonio Reverte, el
Espartero y Tragabuches. Hay en ellas buen pulso narrativo y un manejo
de los datos muy profesional, lo que pudiera delatar la mano correctora
de Cossío. La labor de Hernández en la Enciclopedia era recopilar
información, organizar fichas y, sin duda, la de redactor. Pero ese
material debía pasar por las manos de José María de Cossío que era no
sólo un escritor de muchos registros, sino un entendido en toros».
Palmeral señala que iba a la Biblioteca Nacional a copiar
información de toreros. Este trabajo coincide con el periodo de
creación de 'El rayo que no cesa'. Los toreros que investigó se
encuentran recogidos en la p. 214, del libro de José Luis Ferris:
«...podemos distinguir en la espesura de esta enciclopedia monumental la
prosa original de Miguel tras la vida y la crónica del torero Esparteo,
el matador Ulloa, más conocido como Tragabuches, Antonio Reverte y
Lagartijo.»
En la edición del tomo III de la enciclopedia Los toros,
Madrid, (1945) veremos las refrencias: José Ulloa, Tragabuches (p.
962-964); Antonio Reverte Jiménez (p. 770-774); Manuel García y Cuesta,
Espartero (p. 337-343); Rafael Molina Sánchez, Lagartijo (p. 610-619).
Francisco Martínez Marín, en su biografía de Miguel
Hernández añadía (por habérselo referido un aficionado local) que
también podía ser suya la ficha de Enrique Vargas González, Minuto (p.
972-975), quien por cierto inauguró el 31 de agosto de 1907 la plaza de
toros de Orihuela, junto a Lagartijillo Chico y Bienvenida. Y, puestos a
fabular, ¿acaso no fuera suya la biografía de Ignacio Sánchez Mejías
(p. 875-881) ante cuya muerte el oriolano dejara escrito su poema
'Citación- fatal'.
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