Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

miércoles, 17 de mayo de 2017

"Hermenéutica de hombres a la deriva", por Ramón Fernández Palmeral. Libro digital e impreso por LULU


Libro para homenajear de Manuel Molina en el centenario de su nacimiento (1917-2017)



Introducción

     Han pasado sesenta y siete años desde la primera edición del poemario Hombres a la deriva de Manuel Molina (24 de noviembre de 1950, Edición de la Colección Ifach, Alicante), un libro que se debe analizar desde el contexto histórico y literario de la época de posguerra y la represión franquista. A lo largo del tiempo este poemario no ha tenido el reconocimiento literario-histórico que se merece, puesto que en realidad es una crítica al régimen franquista desde la óptica poética del postismos (vanguardia poética de los años cincuenta), acepción que en realidad significa romper con lo anterior, una avanzadilla para dejar atrás y de lado una situación opresora en todos los órdenes sociales y políticos durante la dictadura. El propio  título del libro Hombres a la deriva (que según la solapa se iba a llamar en principio Hombres de mi país), ya nos denuncia la situación de hombres sin rumbo en una sociedad cautiva donde España estaba aislada internacionalmente bajo el mando dictatorial de Franco.
      Con el presente ensayo e ilustración del poemario de Manuel Molina, mis pretensiones pasan por realizar una interpretación subjetiva, más que un estudio filológico de los poemas,  que me ha llevado a titularlo con la palabra hermenéutica (del griego hermeneutikós: interpretación) que puede traducirse como «yo descifro», la palabra tekhné significa «arte», y el sufijo tikos que es sinónimo de «relacionado a». De aquí que, literalmente,  hermenéutica se considere como didáctico-interpretativo, consistente en el arte de explicar o interpretar  –más que en  analizar­– textos o escritos u obras artísticas; es decir, la interpretación subjetiva  por medio de la técnica  hermenéutica, que como escribe el profesor Pablo Rico Gallegos se extiende a otros campos:
 «Aunque en un principio la hermenéutica constituyó un campo cuya aplicación se vio restringida exclusivamente a cuestiones de carácter bíblico, hoy en día se emplea en el análisis e interpretación de textos y contextos filosóficos, históricos, literarios, científicos, etc.»

     De aquí destacaría dos principios: comentarios e interpretación que son los que voy a utilizar para analizar la obra. En mi ensayo De la creación poética, Amazon, marzo 2017, analizo los conceptos de poesía en dos bloques: clásica con metro y rima, y, la poesía actual como libre o versículo. Molina, además de componer veinte sonetos, escribe  poemas blancos o libres, y algunos surrealistas, propio del magisterio o de la influencia de Vicente Aleixandre. Todo ello se podría vincular con el postismo  (postsurrealismo), que se propuso renovar la estética de las vanguardias en España desde el año 1945.
    En principio hemos de tener en cuenta el contexto histórico en que se escribió Hombres a la deriva, pues nos hallamos en una España negra en pleno franquismo de posguerra, donde Manuel Molina, más allá de ser un intelectual, es un poeta sincero con amplitud de miras y grandes deseos de emular a sus amigos de Orihuela como Miguel Hernández, Carlos Fenoll o el propio Ramón Sijé (ensayista católico).
    Consta el libro de 31 poemas (20 sonetos, 9 poemas libres y 2 de 4 cuartetos  -números 2 y 19-). He numerado los poemas para facilitar  su búsqueda en este ensayo.   Ilustraré los poemas, conservando los cuatro de Pepe Gutiérrez que ilustran la primera edición.
    En los años cincuenta la censura  franquista era muy estricta en Alicante, y por ello, el poeta o los poetas no podían decir ni apuntar nada contra el régimen, ni sobre la posición partidista durante la guerra civil. Por consiguiente, los poemas que se componían entonces no demostraban una posición crítica, sino adscrita al régimen. En cada provincia existía una oficina de censura  dependiente de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda. A veces, pienso que Molina ante el silencio político impuesto por el régimen, burló a la censura, simplemente, con el título, puesto que Hombres a la deriva, podría significar –esto es solo una hipótesis– «ciudadanos sin rumbo», a la deriva ante la imposición del régimen franquista, hombres como si fueran zombis, sin libertad, ni pensamiento divergente; sino hombres y mujeres, que sin democracia, convivían alienados o ajenos a sí mismo. Este posicionamiento antifranquista nos lo revela en los últimos versos del poema número 5 titulado: «Miseria & Compañía» página 74 donde repite sociedad dos veces, una como «ocaso» y la otra como «sombra»:

 Así se nombra ahora este ambiente que flota:
                         “Miseria y Compañía”. Sociedad en el ocaso,
 sociedad de la sombra polvorienta y desnuda
 donde todos caemos más o menos despacio.

     Las cartillas de racionamiento para evitar la hambruna  permanecieron hasta el 15 de junio de 1952. Se habían instalado en mayo de 1939,  a razón de una por familia, y es a partir de 1943 cuando se concedían individualmente. Ello nos afirma la situación de miseria y hambre que había en la España franquista de posguerra.
      En los tres sonetos a Miguel (páginas 94-45) que muy bien es en realidad una elegía; nos da una descripción de la época “Desde este mundo triste donde habito…” (verso 4, pág. 94), o “Aquí viven los ángeles del luto…” (v. 1, pag. 94),  “… no sabes de esta vida desligada/ de todo lo más noble y lo más puro” (v. 3-4 pág. 95). De una forma pesimista y velada nos habla de la vida de los españoles de aquella época, en la que quien no estaba en la cárcel estaba sometido al silencio.
    Es extraño que  se le permitiera por la censura en 1950 publicar tres sonetos dedicados a Miguel Hernández.  Censura que entonces dependía de la Subsecretaría de Educación Popular. Desconozco si tan licencia se debía a la amistad con el censor, o ya era un poeta protegido por Juan José Esteve,  empleado del Banco Vizcaya, o por Vicente Ramos, que este sí fue un hombre del régimen, y conservador, puesto que dentro de la Coalición Popular, fue elegido diputado por la circunscripción electoral de Alicante en las elecciones generales de 1982.
 
    Manuel Molina había servido a la II República en el Real Cuerpo de Carabineros, como soldado, y  después tuvo que hacer el servicio militar forzoso y de reemplazo con los nacionales en Burgos. Por ello,  tenía otras ideas políticas, diferentes a la del régimen franquista.
    Quizás si nos detenemos en la lectura subliminar de este libro, vemos una crítica, a través de imágenes sombrías, tristes, míseras, decepcionante. Este libro hay que leerlo en términos de crítica al régimen con expresiones personales. Se divide en dos partes, la primera es más tremendista, la segunda es una evidente esperanza.  Se han corregido los errores tipográfico y ortográficos de la edición de Ifach, 1950.
    Los temas en los que más incide Molina son la libertad, el tiempo y la miseria de la época tanto física como intelectual retrógrada. Más allá de estas páginas el lector puede encontrar una voz propia casi inflamada de una luz que consume la frágil esperanza en la que se vivía en aquellos años negros. En el poema número 19 nos resalta la sagrada materia de la libertad con el verso: «Soy esclavo de la libertad que llevo dentro» (v.1, poema 19), y el poeta lucha por esa libertad y es la esclavitud que lleva dentro la que le hace más fuerte como el héroe Anteo que cada vez que se le golpeaba contra la tierra se fortalecía aún más.
   


    La censura en el régimen franquista

    A partir del  Decreto-Ley del 19 de julio de 1951, se crea el Ministerio de Información y Turismo de quien dependerá la censura de prensa, teatro, cinematografía y radiodifusión— que hasta entonces estaban atribuidas a la Subsecretaría de Educación Popular, cuyo titular era Manuel Arburúa de la Miyar (nombrado por Franco ministro de Comercio entre 1951-1957, mientras las de turismo habían estado atribuidas a la Dirección General de Turismo cuyo director general había sido Luis Bolín, desde su creación en 1938 a 1953. Otro de los organismos que pasó a depender del ministerio fue la Delegación Nacional de Prensa, Propaganda y Radio, organismo que estaba a cargo de los medios de comunicación controlados por el partido FET y de las JONS —como la cadena de Prensa del Movimiento o la Red de Emisoras del Movimiento.


    Homenajes

    Manuel Molina fue homenajeado por poetas alicantinos en la revista AUCA (Revista Literaria y Artística), número 21, de marzo de 2011, con portada del pintor Antogonza.

Ramón Fernández Palmeral 
1º de junio de 2017



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