La sepultura en el cementerio de Alicante 1952
Como he comentado lo enterraros en el nicho 1009 de la calle San Pascual. En la
lápida un simple epitafio: POETA. Cuando
diez años después, en 1952 se cumplían los primeros diez años de su muerte y
también el plazo de la sepultura provisional para comprar el nicho a
perpetuidad, de lo contrario sus restos mortales hubieran pasado a la fosa
común, Josefina acude como siempre a Vicente Ramos y Manuel Molina, ya que ella no disponía de las 2.042 pesetas que
costaba la licencia municipal y el nicho en propiedad. Ramos y Molina
acuden a sus amigos de Madrid: Buero Vallejo, Celaya, Aleixandre, Cela, en
suscripción nacional y en dos meses reúnen el dinero para comprarlo. «La
respuesta, felizmente, es masiva y el 29 de enero de 1952- escribe Luis
Beresaluze (Biografía de Vicente Ramos, ECU, 2004, p. 65)
pueden presentarse en el Ayuntamiento y pagar los derechos y las
correspondientes 2.042 pesetas». Lo pusieron a nombre de Josefina
Manresa. Parece ser que, ni la propia
Josefina Manresa a través de María de Gracia Ifach en nota (196), p.
334 de su libro Miguel Hernández,
rayo que no cesa,
Barcelona, Plaza & Janés, mayo 1975, contaron después la verdad, al decir
que le recaudación del dinero se lo atribuyeron a la iniciativa de
Celaya. Josefina no quiso que se supiera que el nicho fue pagado por
suscripción popular porque ello denigraba en cierto modo la dignidad de ella y
de su familia. Josefina dice en la
página 147 de su ya citado libro que «no contaron conmigo para molestar a
tantas personas pidiéndole subvenciones sin necesitad». Entonces me pregunto
¿tenían o no tenían las 2.042 pesetas?
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