Manuel Molina

Manuel Molina
Retrato de Ramón Palmeral 2017

sábado, 25 de marzo de 2017

El postimo o postsurreamismo de Manuel Molina en "Hombres a la dereiva"



   Cuando leo e interpreto los nueve poemas libres (sin metro ni rimas) de Hombres a la deriva,  observo y aprecio con notoria claridad que son poemas de vanguardia literaria en los años cincuenta. Vanguardia significa ruptura con lo anterior, rebeldía, sedición contra lo establecido, contra la academia, contra el orden. Si lo hicieron algunos poetas, entre ellos Molina, es equiparable a los pintores del grupo del El Paso, que en la entelequia del apelativo podíamos entenderlo como un paso hacia la modernidad en una España, negra sumida en el aislamiento internacional (entramos en la ONU en diciembre de 1955, y EE.UU, nos reconoció en diciembre el 21 de diciembre de 1959 con la visita a España del presidente de los EE.UU, Eisenhower, por el interés estratégico de la península con la instalación de las bases militares, por considera a España fuera el eje del comunismo.

    Las vanguardias y el surrealismo de Molina en los nueve poemas libres, y en el sentido metafórico de algunos sonetos, observo un grito de rebelión y deseos de libertad contra el régimen franquista represor, y no existía otros sistema de rebelión que la expresión por medio de las arte El Paso (Feito, Saura, Miralles, Juan Francés, Vito…) que se expresan con obras abstractas, que eran agradable al régimen al régimen al suponer un apuesta por la modernidad. Sin embargo, tanto no apreciaban que estos estilos artísticos, influenciados también por el expresionismo abstracto norteamericano, era una forma de crítica encubierta contra lo establecidos, porque como he comentado anteriormente vanguardia supone ruptura, rebelión y sedición contra el orden conservador y religioso católico impuesto y establecido.

     Nuestro cerebro está diseñado para apreciar y contemplar la armonía del realismo figurativo, de la música clásica o de la poesía bucólica y comprensible. Por lo tanto los poetas  el movimiento del “postimos” literario y artístico que surgió en España en 1945 y que se propuso renovar la estética de todas las vanguardias de principios de siglo, suponía una forma de desacuerdo con el régimen dictatorial.

     De alguna forma Manuel Molina conocía a los poetas del “Postismo” cuyo nombre es la contracción de postsurrealismo (como puede leerse en el Segundo manifiesto, aparecido en La Estafeta Literaria, número especial de 1946. Publicaban la revista Postimo, el nº 1 salió  en Madrid. Los fundadores de este grupo fueron Eduardo Chicharro Briones, Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi, pero que en un principio quiso significar "el ismo que viene tras todos los ismos".  Movimiento que fue impulsado por Carlos Edmundo de Ory (1923-2010) y Eduardo Chicharro Briones (1905-1964), y en él figuraron durante algún tiempo escritores como Francisco Nieva (1924-2016), Ángel Crespo (1926-1995), Gloria Fuertes (1917-1998), Antonio Fernández Molina (1927-2005), Fernando Arrabal (1932- ), Antonio Beneyto (1934-), Gabino-Alejandro Carriedo (1923-1981), José Fernández-Arroyo (1928- ), Félix Casanova de Ayala (1915-1990), Federico Muelas (1910-1974), Jesús Juan Garcés (1917-1983) o Carlos de la Rica (1929-1997).

     A estos nombres se deben incluir a algunos un periférico (por residir den Alicante) como Manuel Molina, Carlos Sahagún, Santiago Moreno Grau,



     Volviendo a la teoría de por qué lo abstracto (hija de las vanguardia) no chirria en el cerebro y nos provoca rechazo, se debe a que nuestro cerebro está diseñado. Cuando nuestro cerebro está en armonía y serenidad (todo en su sitio) se halla en estado de felicidad, por el contrario, la ruptura de esa armonía converge en la agresividad es un rasgo biológico del ser humano y constituye una herramienta al servicio de la supervivencia de la especie, que sin esta característica no hubiera podido evolucionar ni perpetuarse como tal. Los artistas: músicos, pintores, escultores o poetas buscamos con nuestras obras abstractas romper esa armonía estética símbolo de belleza. Por ello en cuanto existe algo que no está en su sitio, o desagradable como uno de los cuadros de Saura, nuestro cerebro chirría, y no está cómo. Pues esto es precisamente la sensación  que buscamos por poetas del postismo o postsurrealimos en el lector, una reacción que se despierte de su letargo o de sus zona de seguridad, por ello como he comentado con el surrealismo y la vanguardias (expresionismo, atracción o paroxismo) buscamos una ruptura, una fisura o falla para que nuestra mente cambie su percepción armónica, y le provoque un rebeldía, que le despierte el deseo de recomponer ese puzle presentado o composición abstracta. Es decir, que la reacción de rechazo esta buscada adrede, intencionadamente. Poe ello, cuando no se tiene plena conciencia de la existencia de estos dos mundos diferentes: realismo y abstracción, nuestro cerebro no lo comprende. El realismo en la representación de algo concreto, y la abstracción es la representación de lo no concreto.

      Al leer un poema de vanguardia o del postismo, en el caso de Molina, nuestro cerebro nos dice: «Aquí hay algo extraño que no comprendo y por lo tanto no está bien, no está en la armonía».   Cuando Molina escribe «Romper el mecanismo de los paso/ la automática cuerda/ que encasilla un número,/ un lugar, una fecha,/ un fichero de nombres y mas nombres/ y individuos y bestias. (vv.23-28 de 1 “Mensaje al ciudadano”)  nos rompe los esquemas de la comprensión lógica y es com compararlo con un cuadro amarillo con trazos negros (inarmónicos) como los que pinto Luis Feito en los años cincuenta, no es están armonía cómoda. Escomo si un día saliera un arco iris cuadrado o triangular, qué diríamos, que la naturaleza se al vuelto loca, nos apesadumbraría, sería un más presagio y un más agüero. ¿Qué ha sucedido?, sucede que la Naturaleza quiere llamar nuestra atención o provocarnos un sentimiento extraño e incómodo. Pues esto es lo que buscan los artistas pintores o poetas: provocar la atención, más simple to tenemos con las gordas de Botero, lo que hace es llamar nuestra atención a través de rompernos la armonía del concento de belle en la mujer que tenemos preconcebida.  Pareciera como si lo que no es bello no está en orden o es normal. Estas muestras artística o poéticas lo que intentas en provocar para llamar nuestra atención, premeditadamente, para que destaque o chirríe en nuestro se cerebro, y éste se detenga y preguntarse ¿qué es es lo que está pasando aquí?.

 Por ello la poesía surrealista y postista de Molina haya que leerla  desde el punto de vista de lo que he argumentado.

    El momento político de la  España franquista represora de todo avance, después de que los rebeldes fueran los vencedores de la guerra civil, en una España negra controlada por la censura y por la iglesia católica, donde toda actividad cultura era retraso y  conservadurismo, aparece la modernidad de estos hombres sin rumbo, o a la deriva; resulta de que estaban bien mirados por la censura y el propio régimen, porque suponía para ellos una apertura hacia la modernidad, para evitar el cerco internacional; y, de alguna manera, los artistas y poetas estaban gritando libertad, burlando a la censura y a los fascistas sumidos en el conservadurismo, porque en resumen: vanguardia es ruptura con lo anterior. 

Ramon Fernández Palmeral
(Fragmento del libro "Hermenéutica de Hombres a la deriva", 2017 
25-03-2017

  

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