Poema [que Manuel Molina] dedicado
a Vicente Aleixandre y Merlo nacido en
Sevilla, 26 de abril de 1898. Poeta perteneciente a la Generación del 27,
recibe el Premio Nobel de Literatura en 1977. Su infancia transcurre entre
Málaga y Madrid. Estudia Derecho y Comercio, y durante unos años es profesor en
la Escuela de Comercio de Madrid especializándose en Derecho Mercantil. Su
amistad con Miguel Hernández en Madrid, es la ocasión para que Aleixandre publicara
en la revista Silbo de Orihuela, y
recibir en su casa de Madrid de la calle Velintonia 3, a poetas como Carlos
Fenoll, al músico Jesús Poveda y a Manuel Molina. Amistad epistolar que
mantuvieron siempre, y con Josefina Manresa, quien le facilitó los originales
para publicar en la editorial Aguilar Otras
escogidas en 1952, con la ayuda el
editor Arturo del Hoyo.
Su
obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se le reconoce como el
principal poeta surrealista español. Falleció en Madrid el 14 de diciembre de
1984.
El poema «El superviviente» de Molina tiene todas la características
estilísticas de un poema surrealista, propio de la escritura automática, aunque
si lo leemos en su conjunto, tiene referencia al mar y al poemario «aleixandriano», Sombra del paraíso, 1944 con referencia al mar de la infancia
malagueña de Vicente. La creación de Molina no se trata de un conjunto de metáforas, sino
la simbolización de todo un conjunto seleccionado «sombra de mar desvanecido»
(v.8), alude al título del poemario Sombras del paraíso: por ello, llama la
atención su imaginación teniendo a la vez en la mente otro mar, en este caso,
el alicantino, por eso lo inicia con el adverbio de lugar del primer verso AQUÍ… (le faltó decir en Alicante ). Es un poema epistolar,
por eso dice «tu ser despereza», o en
una pregunta que no quiere hacerle «No quiero preguntarte» (v.15), lo comprenderemos mejor si lo leemos como una carta
enfática y versificada en arte mayor como una Silva. El título de «El
superviviente» alude a la personalidad del «enfermo de hierro» de Vicente
Aleixandre que a pesar de que le extirparon el riñón izquierdo en 1932, y haber
estado largos años en reposo, y haber sobrevivido a la guerra civil, y no tuvo
que exiliarse como sus compañeros de la Generación del 27, sobrevivirá, incluso
al régimen franquista.
Aunque,
anteriormente, entre 1928 y 1929 publica Pasión de la Tierra, que Gabriele Morelli, califica como la
«primera y auténtica incursión de la Literatura española en el surrealismo
poético». Pero en prosa poética.
En el verso «venían tus relojes ciñéndote a sus
horas» es la demostración de un estado de normalidad antes de amanecer solo o solitaria. La alusión al reloj
me recuerda el reloj de oro que Vicente le regaló a Miguel Hernández por su
boda el 9 de amor de 1937, y que tuvo que vender en Santo Aleixo (Portugal),
aunque lo detuvieron cerca de Moura también en Portugal.
En el
verso «entre el polvo transido» (v.28), me recuerda un soneto del poeta
Santiago Moreno Grau, es autor de un soneto titulado: «Ante Dios muerto», en
cuya prime primer cuarteto, escribe:
Cadáver de la
luz, Cruz sin vida:
Si Amor ha de morir, ¿Qué me sostiene
¿Por qué la lanza que te hirió no viene
Para herir mi cruel tierra transida?
El poeta
Santiago Moreno Grau, amigo personal de Manuel Molina, estaba paralítico, en
silla de ruedas, y ante el sufrimiento que padecía, le inspira para escribir un
soneto donde pide para él la lanza que
hirió a Cristo crucificado.
El
poeta panadero Carlos Fenoll, amigo de Manuel Molina, es autor de otro grandioso
poema místico titulado «A Cristo yacente», donde Cristo yacente, a pesar de su apariencia
muerta, puede bendecir:
«Y esa mano, y esa mano que, muerta
Mas no del todo fría.
Levemente entreabierta
Bendice todavía»
En el
último verso de «El superviviente»
califica a Vicente Aleixandre como Poeta de la Vida, por ser un poeta
superviviente. Este es un gran poema.
Me consta,
que Molina debió de enviarle un ejemplar a Aleixandre de Hombres a la deriva, dedicado, sería muy deseable encontrar este
ejemplar.
La
ilustración se la he dedicado a Vicente Aleixandre usando el novedoso estilo de
trama con Rotring de fieltro no soluble al agua, muy semejante a la antigua
técnica de llama «plumilla inglesa» de los antiguos maestros.
Texto del libro "Hermeneutica de Hombres a la deriva de Manuel Molina" Lulu y Amazon
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